En la reciente visita “ad limina” de los obispos de Costa Rica, el pasado 8 de febrero, el Santo
Padre Benedicto XVI ha hecho mención al problema de las sectas en ese país. Sus palabras han sido las siguientes:
“Queridos Obispos, conocéis bien los riesgos de una vida de fe lánguida y superficial cuando se enfrenta
a señuelos como el proselitismo de las sectas y grupos pseudorreligiosos, la multitud de promesas de un bienestar
fácil e inmediato, pero que terminan en el desengaño y la desilusión, o la difusión de ideologías que, proclamando
ensalzar al ser humano, en realidad lo banalizan”.
El Pontífice invitó a los laicos a participar en esta misión según su vocación específica y a conducir rectamente la
vida social gracias a una sistemática formación cristiana sólida. Antes de la visita, el presidente de esa
Conferencia Episcopal, el arzobispo José Francisco Ulloa Rojas, había revelado cómo la secularización y el
materialismo “están minando silenciosamente los principios cristianos y los valores morales”, que
han caracterizado a este país, tal como informaba la agencia Zenit. De los más de cuatro millones de
habitantes de Costa Rica, según algunas fuentes, el 76.3% de la población es católica. El 13.7% pertenece a
demoniaciones evangélicas, mientras que comienzan a ser estadísticamente importante grupos como los Testigos
de Jehová, que constituirían el 1.3%. El pastor evangélico Reynaldo Salazar, presidente de la Alianza
Evangélica Costarricense, afirmó que piensa igual que el Papa. Sus declaraciones, recogidas por la agencia AFP,
son las siguientes: “Son grupos peligrosos y hay que tener cuidado con ellos. Los grupos pseudoreligiosos
aparentan ser religiosos pero no lo son y pueden generar falsas doctrinas, daños a las familias y no solo
debe preocupar a la Iglesia católica, sino a la evangélica”. Comentario a las afirmaciones del Papa
El experto en sectas Vicente Jara, miembro de la RIES, ha escrito un breve comentario a estas palabras
de Benedicto XVI, habida cuenta de que en su propia definición del término “secta” aparece el
elemento del señuelo. Reproducimos a continuación sus declaraciones. Sabiendo que el discurso no
pretende una pretensión absolutamente rigurosa en sus formas y expresiones, nos va a servir para que a partir de él
ofrezcamos algunas precisiones. En mi definición de secta (cfr. http://www.about-sects-and-cults.org/FAQ.html)
como “grupo social depredador que practica el mimetismo y el señuelo” encontramos la palabra
que menciona Benedicto XVI, “señuelo”. Un señuelo es aquello que pretende atraer o persuadir. No
obstante, si bien se hace mención al señuelo, hemos de señalar que falta la mención necesaria del otro concepto, el
mimetismo, es decir, aparentar ser una cosa distinta de lo que se es. Si sólo existe el señuelo, como se apunta
en el texto de la visita “ad limina”, no estamos ante una secta, veámoslo. Supongamos que
sólo existe el señuelo pero no existe el mimetismo. No sería este el caso de una secta, porque yo le digo a alguien
que si viene a mi local u organización voy a curar sus enfermedades, y cuando llega le decimos que debe darnos
un 10% de sus ingresos, y que vamos a controlar su sexualidad así como a impedirle comer carme u otros
alimentos, así como que va a trabajar seis horas gratuitas al día para nosotros. Eso no es una secta. Esto
además no funcionaría, nadie quedaría atrapado por este grupo. Si yo te atraigo pero no te muestro una cara
distinta, una mimetización de algo distinto, te atraje, sí, cierto, pero me alejo nada más te acabo de conocer. Si
quieres que esa persona permanezca, además del señuelo has de mimetizarte en una organización que le haga
seguir participando, seguir viniendo…. Eso sí es una secta. Por ello son necesarios los dos elementos,
mimetismo y señuelo. Por otro lado, como vemos en el discurso a los obispos de Costa Rica, el Papa
emplea el concepto de señuelo tanto para las sectas, los cantos de sirenas del bienestar fácil, o las ideologías
vanas, en definitiva, no hay una pretensión de una clarificación del término secta, como ya hemos apuntado, ni se
pretendía. Recordemos que será cuando junto con el señuelo se dé el mimetismo cuando estemos ante el grave
problema de una secta.
Padre Benedicto XVI ha hecho mención al problema de las sectas en ese país. Sus palabras han sido las siguientes:
“Queridos Obispos, conocéis bien los riesgos de una vida de fe lánguida y superficial cuando se enfrenta
a señuelos como el proselitismo de las sectas y grupos pseudorreligiosos, la multitud de promesas de un bienestar
fácil e inmediato, pero que terminan en el desengaño y la desilusión, o la difusión de ideologías que, proclamando
ensalzar al ser humano, en realidad lo banalizan”.
El Pontífice invitó a los laicos a participar en esta misión según su vocación específica y a conducir rectamente la
vida social gracias a una sistemática formación cristiana sólida. Antes de la visita, el presidente de esa
Conferencia Episcopal, el arzobispo José Francisco Ulloa Rojas, había revelado cómo la secularización y el
materialismo “están minando silenciosamente los principios cristianos y los valores morales”, que
han caracterizado a este país, tal como informaba la agencia Zenit. De los más de cuatro millones de
habitantes de Costa Rica, según algunas fuentes, el 76.3% de la población es católica. El 13.7% pertenece a
demoniaciones evangélicas, mientras que comienzan a ser estadísticamente importante grupos como los Testigos
de Jehová, que constituirían el 1.3%. El pastor evangélico Reynaldo Salazar, presidente de la Alianza
Evangélica Costarricense, afirmó que piensa igual que el Papa. Sus declaraciones, recogidas por la agencia AFP,
son las siguientes: “Son grupos peligrosos y hay que tener cuidado con ellos. Los grupos pseudoreligiosos
aparentan ser religiosos pero no lo son y pueden generar falsas doctrinas, daños a las familias y no solo
debe preocupar a la Iglesia católica, sino a la evangélica”. Comentario a las afirmaciones del Papa
El experto en sectas Vicente Jara, miembro de la RIES, ha escrito un breve comentario a estas palabras
de Benedicto XVI, habida cuenta de que en su propia definición del término “secta” aparece el
elemento del señuelo. Reproducimos a continuación sus declaraciones. Sabiendo que el discurso no
pretende una pretensión absolutamente rigurosa en sus formas y expresiones, nos va a servir para que a partir de él
ofrezcamos algunas precisiones. En mi definición de secta (cfr. http://www.about-sects-and-cults.org/FAQ.html)
como “grupo social depredador que practica el mimetismo y el señuelo” encontramos la palabra
que menciona Benedicto XVI, “señuelo”. Un señuelo es aquello que pretende atraer o persuadir. No
obstante, si bien se hace mención al señuelo, hemos de señalar que falta la mención necesaria del otro concepto, el
mimetismo, es decir, aparentar ser una cosa distinta de lo que se es. Si sólo existe el señuelo, como se apunta
en el texto de la visita “ad limina”, no estamos ante una secta, veámoslo. Supongamos que
sólo existe el señuelo pero no existe el mimetismo. No sería este el caso de una secta, porque yo le digo a alguien
que si viene a mi local u organización voy a curar sus enfermedades, y cuando llega le decimos que debe darnos
un 10% de sus ingresos, y que vamos a controlar su sexualidad así como a impedirle comer carme u otros
alimentos, así como que va a trabajar seis horas gratuitas al día para nosotros. Eso no es una secta. Esto
además no funcionaría, nadie quedaría atrapado por este grupo. Si yo te atraigo pero no te muestro una cara
distinta, una mimetización de algo distinto, te atraje, sí, cierto, pero me alejo nada más te acabo de conocer. Si
quieres que esa persona permanezca, además del señuelo has de mimetizarte en una organización que le haga
seguir participando, seguir viniendo…. Eso sí es una secta. Por ello son necesarios los dos elementos,
mimetismo y señuelo. Por otro lado, como vemos en el discurso a los obispos de Costa Rica, el Papa
emplea el concepto de señuelo tanto para las sectas, los cantos de sirenas del bienestar fácil, o las ideologías
vanas, en definitiva, no hay una pretensión de una clarificación del término secta, como ya hemos apuntado, ni se
pretendía. Recordemos que será cuando junto con el señuelo se dé el mimetismo cuando estemos ante el grave
problema de una secta.
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