domingo, 24 de enero de 2010
Listos para la gran misión
Sin duda, para la Iglesia del continente americano se trata de un reto histórico sin precedentes, donde tendrá la oportunidad de medir, con toda claridad y sin pretexto alguno, su grado real de madurez cristiana y su capacidad real de enfrentarse a todo tipo de
adversidad con tal de permanecer firme en la fe recibida desde hace quinientos años a costa de tantos sacrificios.
O el Continente de la Esperanza y del Amor pronto se volverá en el Continente de la Pesadilla y la Confusión. Quod Deus avertat (¡Qué no lo permita Dios!).
(Revisa el número de página para ver la continuidad)
fuente: padreamatulli.net
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